27 may 2011

La madre de todas las avenidas


(De Mario Sabugo)

Todo, casi todo ha sido dicho acerca de la Avenida de Mayo. Sin embargo,“ una burla que volaba se escapó” (1). Porque la Avenida de Mayo en realidad viene a ser nada más que un segmento, enjoyado pero segmento al fin, del eje este/oeste, esa larga Raya que sigue por kilómetros en la Avenida Rivadavia.
            
La Avenida de Mayo ha sido considerada como el boulevard de la integración, amigable componedora entre el hombre rico y el hombre pobre, entre el norte y el sur. Pero también como su frontera.
Los mitos más míticos de la ciudad dan a entender que, incluso antes de cualquier Avenida, los propios ricos, para consagrarse definitivamente como tales, debieron cruzar la Raya y emigrar al norte, al otro lado de los negros, del mondongo y de la fiebre amarilla.
“Hay que quemar el Barrio Norte”, se debió decir desde entonces para amedrentar al oligarca.
“Nadie ignora, dijo Borges, que el Sur empieza del otro lado de Rivadavia”. Claro que este Sur borgeano no está poblado de pobres, sino más bien por el destino y la aventura. “Dahlmann solía repetir que ello no es una convención y que quien atraviesa esa calle entra en un mundo más antiguo y más firme” (2).
La médula de la Raya emerge, romana, de su estirpe decumánica. Ordena y marca, precisamente porque al estar orientada, compatibiliza la urbe con el orbe. La Avenida de Mayo/Rivadavia va de Oriente a Occidente, así como marchan el Sol y la Historia (3).
Hacia el Oeste la Raya prosigue deslindando el conurbano, alcanzando numeraciones prodigiosas, inconcebibles si siguieran hasta el Cuyo. A campo abierto, la Avenida se hace Ruta 7, y la frontera urbana se torna pampeana. Aunque ya no quedan fortines, algo de civilizado y moderno es apartado al norte, mientras que lo bárbaro y antiguo, indio, desierto, se define hacia el sur. Como todo camino, mientras se dirige a su meta, vertebra y equilibra sus dos mitades del mundo.
La señora Palma de Sindona no me deja mentir: La Avenida de Mayo es el fiel de la balanza (4).
Todo depende de como nos ponemos en el mundo: alguna vez, disertando yo en un taller acerca del Oeste, Odilia Suárez me reprochó, entre otras cosas, la forma en que había orientado el plano de la ciudad.
“¡¡¡Además, lo dibujaste mal!!!”, me gritó.
Pero yo lo hacía como Manuel de Ozores, o como Felipe Bertrés, con el Río al pie. Así se ve la ciudad (o al menos, así me la coloco yo): Desde el Río. Con el Oeste arriba, el Sur a la izquierda y el Norte a la derecha.
En cambio, los planificadores mundiales ponen todo lo que encuentren con el norte para arriba. O la revista Sur, cuyo emblema consistía en una flecha para abajo, a la manera odiliana. Y victoriana, por la Ocampo (5).
Por eso, si el bendito puente Bs. As./Colonia fuera instalado como los dioses mandan en la Raya Este/Oeste, debería tomar impulso ya por Castelar o Ituzaingó, recorrer Rivadavia y atravesar el Río sin más trámite hacia la Banda Oriental, para conectarse directamente con la 18 de Julio.
Bienaventurados, o desventurados, los pobres y los ricos, porque todos ellos serán reunidos, o separados, por la Ruta 7, Rivadavia y la Avenida de Mayo.
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(1)  Javier Martínez: “Avenida Rivadavia”, en “Manal”, Mandioca, 1970.
(2) “El Sur”, en “Artificios”, 1944. Si como dice Borges, que ubica el episodio en 1939, el Sur empieza en la calle Rivadavia, entonces hay un problema: o la Avenida de Mayo cae por consecuencia en el Sur; o Borges no fue exacto, y la Raya divisoria viene nomás por Rivadavia, pero a partir del Congreso se tuerce para seguir por la Avenida de Mayo.
(3) Mario Sabugo: “Febo asoma, ya sus rayos”. en “La Ciudad y sus Sitios”, CP67, Buenos Aires, 1987.
(4) Norma Palma de Sindona: “Buenos Aires y el Zodíaco”, Distal, Buenos Aires, 1990. Sindona superpone el Zodíaco al plano de los barrios de la ciudad y encuentra, por ejemplo, que mientras Mataderos, coincidiendo con Tauro, genera las riquezas ganaderas, la escorpiana Recoleta, en el extremo opuesto, se dedica a consumir las ganancias del otro, y sus bifes de chorizo. El Centro y la Avenida de Mayo le caen en territorio de Libra, la Balanza.
(5) Mario Sabugo: “¿El Oeste también existe?”, ponencia en el Taller de Planificación y Gestión sobre Perspectiva Regional del Oeste de la Ciudad de Buenos Aires, agosto de 1992, Unidad de Gestión Asociada (coordinador: Dr. Héctor Poggiese). Respecto de las cartografías de Ozores y Bertrés, véase el magnífico “Atlas de Buenos Aires” de Horacio A. Difrieri, MCBA, Buenos Aires, 1981.

Imagen: La Avenida de Mayo en la primera mitad del siglo XX (Foto tomada del sitio: viajarhoy.com.ar).